Cuando hablamos de cadena de frío hablamos de cadena de suministro a temperatura controlada de cualquier mercancía que requiera de un control en la temperatura para su correcta distribución y venta. Se trata de un proceso de gran complejidad en el que intervienen diversos factores y actores que exigen una eficaz coordinación.
La tecnología al servicio de este proceso está preparada para que el suministro de frío a lo largo de toda la cadena operativa se mantenga y no sea interrumpido. Pero, como decíamos, solo la tecnología no es suficiente, se requiere de una coordinación a conciencia y eficiente entre los flujos físicos y de información para garantizar esa no interrupción del suministro de frío y minimizar los posibles errores y riesgos sujetos al este proceso tan delicado.
Para garantizar la seguridad de los consumidores, es fundamental que el producto durante la producción, transporte, almacenamiento y venta no haya salido de un rango de temperatura dado, lo que exige una vigilancia continua para mantener la cadena de frío intacta.
Momentos de mayor riesgo en la cadena de frío
Durante todo el proceso existen momentos de mayor debilidad. Y es, sin duda, el tiempo de carga y descarga uno de los momentos más críticos. En estos momentos, que son una media de tres dentro del proceso (salida de fábrica del producto, en la plataforma logística, en puntos de venta), los productos son sometidos a cambios o aumentos de temperatura.
Y no podemos olvidar el tiempo de almacenamiento que transcurre en el punto de venta, la colocación del producto en el establecimiento y el tiempo que pasa entre el carrito de compra y el refrigerador del consumidor…
El transporte y almacenaje de este tipo de productos requiere de una gran eficiencia y planificación de los procesos donde la temperatura debe ser controlada y mantenida, desde la producción, pasando por el preenfriamiento, embalaje, almacenaje, transporte y distribución, carga, entrega… hasta la venta final del producto.
Producción, transporte, almacenaje y distribución a temperatura controlada
Producción
En la cadena de frío, el primer eslabón es la producción, tratamiento o recolección de los productos; donde temperatura debe ser estable y deberá mantenerse más tarde en todo el proceso logístico.
Transporte
El transporte constituye el segundo eslabón. Y es también la parte del proceso donde encontramos los dos factores de mayor riesgo:
- Tiempo empleado en las operaciones
- Temperatura ambiente
Un tiempo excesivo en el transporte, la temperatura y tiempo empleado en el momento de la carga y/o descarga del vehículo, los equipos… son solo algunos de los factores que pueden causar interrupción en el suministro de frío.
Almacenaje
El tercer eslabón de la cadena presenta su punto crítico en la interrupción de la cadena de frío por un tiempo excesivo de exposición de la mercancía a temperaturas que no son adecuadas.
Distribución
Por último, pero no menos importante, el punto de servicio. Y decimos no menos importante porque este es otro de los puntos de mayor riesgo. Y es que, el tiempo de espera a temperatura ambiente es solo uno de los grandes enemigos de la cadena de frío; a él se le suman la sobrecarga de elementos de presentación, la incorrecta aireación de la mercancía, etc.
Para mantener todo este complejo proceso, como decíamos al inicio, una coordinación impecable y muy eficiente entre los flujos físicos y de información es fundamental dentro de todo el proceso.
Es, precisamente la complejidad y delicadeza de la cadena frío, el motivo por el que la mayor parte de las empresas que operan con productos que exigen una cadena de suministro a temperatura controlada recurren a un operador especializado en frío.
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